Se cumplen tres meses de la explosión pirotécnica que dejó dos víctimas mortales, 37 heridos y convirtió la localidad pontevedresa de Paramos, en Tui, en un pueblo en ruinas.

"Seguimos sin demolición, sin casa, sin finca...", denuncia un vecino.

Los afectados han vuelto a salir a la calle. "Tienes que justificar el gasto y después tributar la parte que corresponda en el IRPF, dan ayudas con trampa", asegura un afectado. Otra mujer en su misma situación se pregunta "¿qué ayuda queda finalmente para hacer la casa?".

Algunos lo han perdido todo. Juan García, afectado, explica que "parecía que se había caído el mundo". Él, como muchos de sus vecinos, ha descubierto que recibir la ayuda para reconstruir su casa le puede salir muy caro. Tendrá que devolver a Hacienda hasta un 40% y peor, al ser considerada como un ingreso extraordinario su pensión bajará de 635 euros al mes a 375.

"¿Dónde voy yo? ¿Qué se creen? Voy a retener que ir, como si fueran los años 40, a pedir", lamenta Juan.

Decenas de hogares han quedado hechos añicos. "Hay que gastar el dinero y luego devolverlo, hay que escoger entre comer o pagar el arreglo de tu vivienda, es preferible seguir viviendo con la casa tapada con un plástico antes que quedarse sin comer", destaca Salvador García, presidente de la Plataforma de afectados.

Quieren que el gobierno central califique el lugar como zona catastrófica. "Mediante una reforma podríamos conseguir la exención fiscal de las ayudas", declara el secretario general de En Marea, Luis Villares.

Los afectados seguirán manifestándose hasta evitar que, una vez más, sean los ciudadanos los que paguen las consecuencias.