La grúa retirando el coche que conducía Ángel Boza por el centro de Sevilla fue el final de la última huida de uno del miembro más joven de 'La Manada'. La Policía le acusa de robar unas gafas de sol valoradas en 200 euros antes del cierre del centro comercial: "Quitó la etiqueta de seguridad de las gafas y las cambió por otras que llevaba en el bolsillo".

Los vigilantes cuentan que intentaron detenerlo en el párking y pese a que le dieron el alto hasta en dos ocasiones, consiguió esquivarles. "El coche podría ir a unos 70 y 80 kilómetros por hora, a toda pastilla", cuenta un testigo, que también asegura que "no esperaba a que pasaran personas ni nada y si llega a pasar un niño pequeño se lo lleva encima".

La Policía Local de Sevilla logro detenerlo minutos más tarde con las gafas puestas. El portavoz de este cuerpo, Mariano Domínguez, cuenta que el detenido "no reconoció los hechos y preguntó si le paraban porque uno de los vigilantes le había dado unos golpes en el coche".

Boza no mostró resistencia, ni tampoco reconoció los hechos. Su abogado confía en que este suceso no cambie la libertad condicional de la que disfruta: "Las medidas cautelares que interpuestas en Pamplona se están cumpliendo a rajatabla". El detenido declara por unas gafas que ponen de nuevo a 'La Manada' en el punto de mira.

Ángel Boza tiene antecedentes por robo con violencia y conducir bajo los efectos de drogas y alcohol