Veleros que rozan las boya de seguridad y embarcaciones que se dirigen directamente hacia el buceador. Situaciones peligrosas que los submarinistas denuncian gracias a la difusión de una imágenes.

Los buzos avisan de las consecuencias: un buceador de 36 años murió arrollado por una lancha que se dio a la fuga en Sanxenxo (Ponevedra)

"Un golpe con la cola de un motor es una cuchilla, algo mortal", explica Andrés Pita, pescador submarino. La ley obliga a los submarinistas a llevar consigo una boya cuando se sumergen. Todas las embarcaciones tienen que respetar una distancia de 25 metros de protección, pero no todas lo hacen.

Por su parte, los buceadores exigen ampliar esa distancia hasta los 100 metros. Recuerdan que cualquiera puede llevar una embarcación de 15 caballos sin ningún título. "Es necesario que todo el mundo coja conciencia, al mar no se va a jugar", apunta Javier Núñez, de la Federación Galega de Actividades Subacuáticas.