Las novedades que se van conociendo matizan la investigación de los atentados de Barcelona y Cambrils. De entrada, en los roles de cada terrorista.
En un principio, se apuntó como cerebro al imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty. Pero su muerte -en la explosión de Alcanar- deja entrever que Younnes Abouyaaqoub -el terrorista de las Ramblas- y Mohamed Hichamy, abatido en Cambrils, serían los líderes operativos, dejando al imán un papel de líder espiritual y de adoctrinador sobre el resto de miembros de la célula yihadista.
Así lo señala ABC, diario al que el ministro Zoido contó que los atentados fueron guiados desde fuera de España. Esta idea la refuerzan los viajes de Hichamy y Abouyaaqoub por Europa. En 2016 a Zúrich y poco antes de los ataques a París.
Los servicios de inteligencia europeos, según ABC, estarían buscando el rastro de un 'formador de formadores' de Daesh. En los viajes habrían recibido formación sobre manejo de explosivos o recomendaciones sobre cómo utilizar comunicaciones seguras evitando redes sociales, o armas sencillas, como cuchillos, fáciles de obtener.
Una preparación que también se muestra en la elección de las bases de operaciones. La de Ripoll, integrada en la vida cotidiana, la de Alcanar, aislada, y la de Riudecanyes, un edificio abandonado para el adoctrinamiento. En definitiva, lo que se va conociendo: un ordenado operativo y unos roles bien definidos.