Un chapuzón en el mar es más contaminante de lo que pensamos: las lociones de protección solar se disuelven y cientos de elementos químicos acaban en el agua produciendo importantes daños ecológicos.

"Los corales, sobre todo, las algas, los peces son los que más se ven afectados por estas cremas", apunta el responsable de campaña de Greenpeace, Julio Barea.

Los protectores compuestos esencialmente por dióxido de titanio y por benzofenona 3 son los que perjudican gravemente el ecosistema marino. Según un estudio del CSIC, durante un solo día en una playa de Mallorca se podrían estar liberando hasta cuatro kilogramos de nanopartículas de dióxido de titanio. En Hawái, ya han prohibido el ingrediente de benzofenona 3 en las cremas por provocar el blanqueamiento de los corales.

Pero los expertos advierten de que tampoco debemos arriesgarnos y tomar el sol sin protección. "Los filtros solares son muy útiles, no podemos olvidar que el cáncer de piel está aumentando en todo el mundo, pero es verdad que algunos salen peor parados como la oxibinzona que parece que puede tener mayor repercusión en sistemas costeros y en las barreras de coral", afirma la dermatóloga de la Clínica Dermatológica Internacional, la doctora Marta Feito.

Pero, el responsable de campaña de Greenpeace, Julio Barea, recuerdan que existen otras alternativas: "Veo recomendable comprar cremas más sostenibles y más ecológicas que no tengan este tipo de compuestos químicos tóxicos".

Algunos ya las conocen. "Mi hermana utiliza las que son ecológicas y creemos que a lo mejor llevan otros componentes que contaminan menos", afirma una bañista. Una opción sostenible para que las cremas, bronceadores y aceites no dejen su rastro en el mar.