En el barrio de El Raval, Barcelona, los narcopisos llevan años siendo un problema. Los vecinos se han acostumbrado al constante ir y venir de gente a lo largo del día, y a pesar de la clausura de muchas viviendas, los problemas son una constantes en el barrio.
En el barrio de Malasaña, en el centro de Madrid, hace solo unos meses laSexta grabó a un hombre drogándose a plena luz del día. Lo hacía a las puertas de un narcopiso, donde discutía con un barra de hierro en la mano.
En este caso, una de las personas que vivían allí identificó a la portera como la persona que controlaba la vivienda; pero no es el único barrio madrileño afectado: en Lavapiés existen varias viviendas con actividad las 24 horas del día, los llamados 'narcoedificios'.
Los narcopisos también forman parte del día a día del barrio de Vallecas, y en Sevilla, los vecinos del barrio del Pumarejo llevan años denunciando la situación. Un peligroso negocio que parece imposible erradicar.