Las virtudes culinarias aprendidas durante el confinamiento han llevado a muchos a lanzarse a cocinar el postre típico en estas fechas, el roscón de Reyes. Pero la receta de este delicioso bollo no es nada sencilla, según confirman los propios pasteleros que se han prestado a darnos algunos de sus consejos.
La masa ha de quedar elástica y pegajosa en su fabricación, para que a la hora del acabado final quede esponjosa y blanda. Para ello hay que hacer el "amasado francés", golpeando la masa, moviéndola y golpeándola en reiteradas ocasiones.
Los expertos aseguran que si tardamos menos de seis horas desde que batimos hasta que sacamos del horno, no nos quedará bien. Eses el tiempo que deberíamos emplear en amasar, fermentar y cocer, si lo queremos hacer correctamente.
Para no complicarse demasiado hay un plan b: utilizar masa de hojaldre, lo que evitará tener que esperar a que la masa se eleve y tener que amasarla de esta manera tan particular.
Y si ninguno de estos te convence, existe un plan c que nunca falla, el de comprar un buen roscón en una pastelería y disfrutar del postre.