Los compañeros de Mame Mbaye insisten en que hubo persecución policial minutos antes de su muerte. "Desde la Plaza Mayor avisó a los compañeros de que ya no podía más por la carrera y en la calle Oso se desplomó. Ha habido una persecución antes de su muerte, lo que le ha llevado a esa situación", explica Serine Mbaye, portavoz del colectivo de manteros.

La autopsia dice que murió por un infarto provocado por una enfermedad congénita, pero sus compañeros piden que se investigue y que se ponga fin a estas redadas que viven cada día y que, cuentan, en 2017 han aumentado un 43%. "No hay necesidad de persecuciones por la manta porque ponen en peligro a la gente", explica Mbaye.

Con su vida pendiendo de un hilo, de los cuatro que sujetan sus mantas, llevan años denunciando agresiones y lesiones, pero lamentan que aunque el Ayuntamiento les escuche, no ponga voluntad en solucionarlo.

Dicen que Mambéi era un artista con un gran potencial, pero que, como a todos, la Ley de Extranjería le obligó a vivir en la clandestinidad.