Las lluvias que han asolado Navarra han dejado una impresionante imagen desde el cielo de pueblos cubiertos por agua y barro.
La carretera está partida en dos, la plaza de toros está hasta arriba de agua y los coches todavía se encuentran atrapados en el río: son algunas de las consecuencias de las inundaciones de Navarra, que se han cobrado la vida de un joven de 25 años.
El joven fallecido fue arrastrado por la corriente del río, su coche todavía está volcado en la orilla donde tuvo lugar el accidente. El cuerpo apareció varios metros más allá, cerca de Moriones, por la fuerte corriente del agua.
En Tafalla no pueden creer lo ocurrido, los habitantes del pueblo muestran las paredes de sus casas destrozadas por la lluvia y todas sus pertenencias destruidas. Imágenes en las que se puede ver incluso un coche subido a un bordillo, con las ruedas destrozadas cerca de un invernadero, además de casas destrozadas e invernaderos inundados de agua.
A pocos metros, en una gasolinera, los empleados intentan salvar algunos de los productos. Uno de los trabajadores comenta que intentarán "aprovechar algo, sobre todo a nivel de plásticos".
Por otro lado, en el supermercado se dividen las secciones para limpiarlas, ayer estaban trabajando cuando empezó a llover. "Cerramos las ventanas y puertas, pero la fuerza del agua hizo que se filtrara y entrara en el establecimiento", tal y como ha comentado una vecina.
Además, la fuerza del agua ha roto muros y cristales. Ha conseguido entrar también en un concesionario, donde ha destrozado el taller, y está todo destruido por fuera y por dentro.
Los vehículos se acumulan por toda Tafalla, unos encima de otros, sobre piedras, parques y perdidos por las calles, mientras los vecinos siguen limpiando sus casas.
Seis viviendas han tenidos que ser desalojadas por riesgo de derrumbe, una mujer cuenta que la puerta de su garaje está rota, la de su casa ha reventado por la fuerza del agua y "los electrodomésticos y todo roto" está echado a perder.
En el pueblo de Sansoain miran incrédulos el socavón que ha quedado después de que un río arrancara un puente. De allí el río Cidacos se llevó por delante la carretera en Pueyo, que ha quedado hecha añicos y que además ha arrasado los restaurantes que se encontraban justo al lado.
En Navarra todos los vecinos están arrimando el hombro, ya que todas las manos son pocas para ayudar a reconstruir los daños causados por el agua.