Alberto sufre una enfermedad ultra-rara que le provoca, entre otros problemas, apneas y dificultad respiratoria. Aurelia Jerez, su madre, cuenta que el menor "ha vivido casi todos los inviernos en el hospital por bronquiolitis y neumonías constantes". Por eso, que el coronavirus entrase en su casa podría ser fatal.
Sin embargo, aunque Alberto es un gran dependiente, uno de los grupos prioritarios en el plan de vacunación contra el COVID-19, a él no se le va a inmunizar porque tiene menos de 16 años.
En este sentido, el virólogo José Antonio López señala que "los ensayos no se han centrado en los grupos de menos edad, sino en los sintomáticos graves de mayor edad"
Por su franja de edad, al menor no se le puede vacunar y, además, la situación de Aurelia, cuidadora del ámbito familiar, queda en un limbo, algo que ella critica porque quiere estar inmunizada para proteger a su hijo. "Tengo que esperar mi turno por edad y factores de riesgo, por lo que me vacunarán a finales de 2021 o principios de 2022", lamenta.
Esto mismo le ocurre a Yolanda de la Viuda, cuidadora de su hija Miriam. Sin embargo, lejos de quedarse callada, se ha movilizado e incluso ha llegado a intercambiar mensajes con el Ministerio de Sanidad. "Tenemos la sensación de que somos invisibles. Se trata de proteger al menor, de que no quede abandonado", expresa la madre de Miriam.
Para evitar que su hija se contagia, lleva hasta el extremo las precauciones: doble mascarilla, ventana abierta, Y distancia social extrema, unas medidas que, sin embargo, para ella no son una novedad: "Hemos tenido ocasiones de estar ingresadas en un hospital con mascarilla, sin recibir visitas y estando confinadas", recuerda.
Por ello, hasta que haya un cambio en el protocolo, piden también la colaboración de toda la sociedad, ya que una sanidad fuerte y con recursos es la esperanza de sus hijos.