Cuando un incendio como el de Doñana se extingue comienza un proceso de reforestación que requiere de un estudio previo de la zona afectada, es la llamada fase de Evaluación y Vigilancia, en la que se encuentra el Parque Natural y dura de media un año. "No puedes ir, una vez que se apaga el incendio, al día siguiente, azada en mano a restaurar; primero tienes que esperar un poco", explica Valeriano García, técnico de Evaluación Forestal de WWF España.
En esta fase puede que los ingenieros técnicos forestales acuerden dejar que sea el propio bosque el que se regenere por sí mismo. En algunos casos, ni siquiera se retiran los troncos quemados a no ser que haya riesgo de plagas. "Si hay riesgo de plagas, puede ser mejor no quitar la madera quemada", explica García.
La segunda fase es la Plantación, lo importante en esta etapa es restaurar la vegetación autóctona. Se recogen las semillas, se plantan en un vivero y una vez que han arraigado, se trasplantan en la zona afectada. "Con una procedencia similar a la zona que se ha quemado", añade José González, decano del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales
En este proceso se valora la distancia entre árboles, cinco metros en el caso de los pinos, y se tienen en cuenta los cortafuegos para evitar futuros incendios. Pero la reforestación no termina con la plantación.
"Hay que hacer un seguimiento de todo el proceso y ver cómo van las plantaciones", señala González. Queda un periodo de diez años, aproximadamente, en el que los expertos realizan un seguimiento del bosque. Décadas para recuperar una zona que ha podido arder en apenas unas horas.
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