El hijo de Raúl nació en pleno confinamiento, con su mujer dando a luz siendo asintomática de COVID-19. Su historia es la de muchos padres y madres.

"Al llegar al hospital, a mi mujer le hicieron una PCR. Nos despertaron de madrugada para decirnos que había dado positivo", nos cuenta.

El caso de Cristina fue exactamente igual, dando a luz a su hija teniendo coronavirus. "A mi hija le hicieron una PCR el día del parto y otra a los 15 días", recuerda.

Un proceso de seguridad, el de las pruebas PCR, que también se practica en los recién nacidos. Aunque no es común, algunos neonatos sí llegan a contraer la enfermedad. El porcentaje se encuentra entre el 2 y el 5% de los nacimientos totales.

La doctora Marisa Navarro, infectóloga pediátrica del Hospital Gregorio Marañín, afirma que la transmisión de la madre al hijo es "muy poco frecuente" y, en caso de producirse, "suele ser después de nacer".

La infección suele derivar en síntomas muy leves y los lactantes pueden llegar incluso a generar anticuerpos sin ni siquiera pasar la enfermedad.

La madre podría haber transferido sus anticuerpos a su hijo a través del propio crecimiento del bebé en el útero o a través de la lactancia. En algunos casos, se requiere que se adelante el parto.

"Si lo hace al final del embarazo, ella puede tener un cuadro de fiebre y presentar la necesidad de que el parto se haga de manera prematura", asegura la doctora Navarro.

A pesar del contagio en la madre se aconseja hacer el contacto piel con piel y dar el pecho. Porque ni la mascarilla impide que puedan sentir cerca a sus madres.