Llega el otoño y Galicia vuelve a arder: esta semana el incendio de Mondariz ha quemado casi 500 hectáreas, nada que ver, eso sí, con la tragedia del año pasado cuando el fuego arrasó 50.000 hectáreas y acabó con la vida de cuatro personas.

La población se echó a la calle para defender sus casas. Masivas fueron las brigadas improvisadas en Vigo cuando el fuego se aproximaba de manera peligrosa a los barrios de la ciudad. Incendios también en Asturias, donde al día siguiente no amaneció.

Un año después, grupos ecologistas denuncian el abandono del terreno que sigue habiendo a día de hoy. "Antes íbamos a apagar el fuego y se producía en el monte, pero hoy tenemos el fuego en el monte y nos atraviesa el valle porque el valle se dejó de cultivar", señala Xosé Santos, de Amigos da Terra y del Consello Forestal de Galicia.

Creen que el plan antincendios aprobado por la Xunta después de la catástrofe no es efectivo: "Lo que hay que hacer es esas franjas de protección pero de forma estratégica". También alertan de la deforestación que están causando algunas de las medidas. Las investigaciones han concluido con un sólo detenido para el que la fiscalía pide cinco años de prisión y descartan un acto terrorista como aseguraban desde el Gobierno gallego.