El exprofesor de los Maristas al que se juzga por cuatro de las 17 denuncias por abusos sexuales que se han presentado aguantó en la sala ocultándose entre sus manos y con la cabeza agachada mientras los medios de comunicación trataban de sacar una imagen.

Y sin inmutarse, este exprofesor de Educación Física ha escuchado las terribles acusaciones por los que comienzan a juzgarle. "Solicitaba al mismo que en alguna ocasión le hiciera masturbaciones y realizándolas este", leían en el juicio en una acusación que continuaba: "Asimismo daba besos al menor en la boca, utilizando su lengua y solicitó al menor que le penetrara analmente".

Los abusos de este exprofesor se cometían presuntamente en su despacho, donde tenía una camilla para dar masajes. "Masajeaba las ingles subiendo sus manos hasta llegar a los genitales cogiendo el pene del menor y masajeándolo de forma lasciva".

El colegio donde daba clase ha amanecido lleno de pintadas en las que las víctimas acusan al centro de encubrirle y de mirar hacia otro lado.

Y más pancartas de apoyo había a las puertas del juzgado donde estaba Manuel, padre de una de las víctimas, que llevaba años luchado para que llegara este día y que afirma sentirse "orgulloso" de su hijo de todas las víctimas que se han atrevido a denunciar.

Benítez ha reconocido en numerosas ocasiones los abusos, como en una cámara oculta que le hizo uno de los exalumnos, pero ningún material de este tipo ha sido admitido por el juez. Solo valdrá lo que el acusado y sus víctimas testifiquen.