Viajamos por Madrid con un taxista asalariado. Su jornada laboral tendría que ser de 40 horas a la semana, pero no es así. "Trabajo 70 horas a la semana, que al final de año salen entre 1.000 y 1.200", explica, sin mostrar su rostro. Suele trabajar entre 12 y 13 horas, algo que para él pone en peligro la seguridad vial: "A veces te entra la fatiga, sobre todo al final de semana cuando llevas tantas horas al volante".

Son 1.000 horas extras al año, o vacaciones no remuneradas. Condiciones a las que se une la forma de cobrar. "Te dan las llaves, te llevas el coche a casa, les das 100 euros al día, te pagas el combustible y todo lo demás que factures, para ti. Pero en ningún caso te ingresan la nómina por el banco, es decir, es como si te alquilaran la licencia para que la trabajes".

Según explica este conductor, tienen que aceptarlo: "O trabajas así, o no trabajas". Miguel Ángel García le da el relevo a un compañero. Son conductores de VTC, también asalariados. "En el sector estamos a penas 50 euros por encima del salario mínimo actual", sostiene

Trabajar de conductor de VTC ha supuesto su reinserción laboral, pero denuncia la precariedad: "Cubrir los costes que te genera ir vestido por determinada manera corre de nuestra cuenta". También los accidentes. Miguel Ángel cuenta que "en caso de siniestro, 180 euros los paga el conductor". Ahora, su objetivo es tener un convenio específico para poder estar totalmente legalizados.