Los comerciantes del rastro de Madrid continúan manifestándose por tercer domingo consecutivo. Afirman que no piensan abrir con las condiciones que les imponen. "Quieren arrancarnos un trozo del corazón de Madrid", afirma una mujer, mientras que un hombre recuerda que son "300 años de historia".

Con el fin del confinamiento, el Ayuntamiento de Madrid les dejaba abrir un 12 % de los puestos, pero los comerciantes se negaron y aunque en un segundo plan podrían haber abierto hasta el 30%, éstos insistieron en que la apertura fuera del 50%. El Consistorio aceptó el pasado miércoles, por lo que se detalló un plan en el que un domingo podrían abrir la mitad de puestos, y al domingo siguiente, la otra mitad.

Pero los comerciantes no han aceptado porque todavía les queda una lucha pendiente. Y es que el Ayuntamiento quiere trasladar el mercadillo de su tradicional plaza llena de gente a otros puntos de la ciudad para que haya más espacio.

Algo que no convence a los vendedores, que aseguran que no sólo es una cuestión de pertenencia. "Es una fidelización de los clientes", afirma un hombre. Hasta en pancartas, los comerciantes aseguran que "el rastro solamente es el rastro", y solo puede serlo en una plaza.