El vertedero de Seseña seguirá ardiendo por lo menos tres o cuatro días más, si el tiempo ayuda, pero el trabajo mano a mano de los Bomberos de Madrid y Castilla-La Mancha ya da frutos. Con el incendio acotado, se ha podido rebajar la alerta.

"Lo tenemos delimitado, lo tenemos perimetrado, están unos diez efectivos nuestros, dos dotaciones y otros diez efectivos, otras dos dotaciones de Comunidad de Madrid", asegura el suboficial jefe de Bomberos de Toledo, Joaquín Pérez.

Los bomberos luchan al pie de las llamas, con una gran cisterna-nodriza y varias autobombas. La gran humareda tóxica desaconseja utilizar medios aéreos a gran escala. Controlarla es su otro gran objetivo. "De momento no vamos a utilizar ni hidroaviones, ni helicópteros para evacuar agua", asegura Pérez.

El Puesto de Mando Avanzado constata que las tareas de extinción "van bien" y no hay peligro para la población: las últimas mediciones confirman que la calidad del aire es normal en las zonas afectadas. Madrid, de hecho, ha desactivado la alerta.

Y con la subida de las temperaturas, la columna de humo vuelve a coger altura, lo que reduce aún más el impacto de la contaminación en los barrios cercanos.

Cuando del fuego no queden más que las brasas, los bomberos dejarán paso a los peritos. Serán quienes determinen si, como apunta el Gobierno regional de Castilla-La Mancha, ha sido provocado.

De momento, se sabe que el foco estuvo en la parte madrileña de esta polémica instalación, que llegó a ser el mayor vertedero de Europa acumulando casi tantas ruedas como multas.