Han pasado días pero las circunstancias del ataque en Elda, Alicante, siguen siendo todo un misterio. Se han revisado alcantarillas, bajos de los coches y contenedores de los alrededores del domicilio y la propia Alejandra, cojeando y con el brazo en cabestrillo, ha recreado, en presencia del juez, la agresión que provocó la muerte al pequeño Dominic, de solo 8 años.
El menor y ella estaban
saliendo de casa cuando dos hombres con cascos de moto les abordaron. La
lanzaron al suelo y la golpearon con violencia hasta quedar inconsciente. Al
despertar estaba maniatada, con una bolsa en la cabeza y los dos hombres en
otra habitación con Dominic.
Ella cree haber
distinguido el flash de una cámara haciendo fotos al menor. En ese momento
logró llegar hasta su teléfono y realizar dos videollamadas para pedir auxilio.
En los dos últimos meses
habían recibido en el buzón notas anónimas con dibujos que abrirían otra línea
de investigación: la de un ajuste de cuentas o una extorsión, porque los
asaltantes no se llevaron nada.
El viernes se celebró un
funeral multitudinario por el pequeño Dominic. Su autopsia apunta a la asfixia
como causa de la muerte, aunque el resultado no es concluyente y se han enviado
muestras al Instituto Nacional de Toxicología. Las
autoridades piden prudencia y se ha declarado el secreto de sumario sobre la
investigación.