Los agentes de la Guardia Civil van a poder grabar a los conductores que presenten síntomas de haber consumido drogas con el objetivo de determinar el grado de afectación del conductor. La mayoría de sanciones por drogas acaban solo en una multa, y por ello quieren endurecerlo y juzgarlos incluso por vía penal.

Hasta ahora se ha utilizado un mismo medio para detectar si un conductor había consumido drogas, pero apenas 200 conductores fueron sancionados el año pasado. "No hay respuesta penal, el derecho penal no está desempeñando su función", dice Bartolomé Vargas, fiscal coordinador de Seguridad Vial.

A partir de ahora, los agentes examinarán a los conductores que muestren síntomas de ir drogados; observarán su actitud, cómo hablan, cómo se mueven, y lo registrarán en unas actas de signos. Así, Valorarán si se muestra adormilado o contento, poco colaborador o agresivo. Contará también si suda demasiado, está sucio, esnifa constantemente o si huele a cannabis.

Incluso podrán registrar el grado de dilatación de la pupila. Y, para que quede constancia de los síntomas, los agentes tienen autorización para grabar a los conductores. El objetivo es endurecer las sanciones por conducir drogado; incluso, conseguir así que muchos procedimientos puedan acabar en una vía penal, y no en una mera sanción administrativa. "Lo que hemos dado son pasos para la prueba, y para que haya más procedimiento judicial", enfatiza Vargas.

En 2018, de las 53.173 condenas por conducir bajo los efectos del alcohol y drogas, sólo 200 fueron por drogas. La Fiscalía ha dicho 'basta', porque los muertos en accidentes de tráfico por consumir drogas han aumentado casi nueve puntos desde 2008. Pere Navarro, director de la DGT, recuerda que consumiendo "cannabis o cocaína puedes matar a otro y tu vida queda rota". Confían en que estos controles, más exhaustivos, reduzcan las imprudencias y calen en la mentalidad de los conductores.