Desde el banquillo, Juan Cuenca y los presuntos sicarios han escuchado cómo la fiscal relataba los detalles del asesinato de Ingrid Visser y a su pareja. "No se pudo tener una muerte más horrorosa, más dolorosa. Los mataron a golpes, les rompieron todos los huesos de la cara y del cráneo", afirmaba la fiscal, Verónica Celdrán.
Señalaba a Juan Cuenca como el cerebro del doble asesinato. "Juan Cuenca planeó la muerte de Ingrid y Lodewijk, era él quien tenía negocios con ellos y les debía importantes cantidades de dinero", aseguraba Celdrán. La estrategia de su abogado es demostrar que fue un hecho fortuito, que no eran sicarios y que nada estaba planeado. "Un sicario no mata a golpes a alguien que se pueda defender, un sicario pega un tiro, clava un cuchillo", afirmaba José María Caballero.
Pero el letrado de las víctimas cuestionaba por qué tenían una radial y sosa cáustica en la casa donde les mataron. "También se utiliza por los criminales para disolver cadáveres. Tengan en cuenta que Juan Cuenca tenía las manos quemadas. Es abrumadora la concurrencia de pruebas inculpatorias", explica Javier Martínez.
El juicio ha quedado suspendido, porque el abogado de Stan se ha desmayado en la sala.