Los años pasan pero el crimen de las niñas de Alcàsser, uno
de los más mediáticos de la historia criminal de España, no deja de generar
noticias. En junio de 2019 y con el crimen de plena actualidad por el
documental de Netflix, una pareja encontraba huesos humanos junto a la fosa donde aparecieron Míriam, Toñi y Desirée. Ahora los biólogos han conseguido
extraer el ADN.
Según informa 'Las Provincias', los investigadores del
Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses han descartado que esos
pequeños huesos, pertenecientes a falanges, pertenezcan a Toñi ya que al
cadáver no le faltaba ningún dedo de las manos cuando le realizaron la autopsia
en 1993.
A pesar de ello, no descartan que puedan pertenecer a las
otras dos niñas por lo que el Instituto de Medicina Legal de Valencia citará a
la madre de Desirée y al padre de Míriam para recoger sus muestras biológicas
para cotejar los perfiles genéticos y averiguar si estamos ante restos de las
niñas. De hecho, el Juzgado encargado del sumario del caso Alcàsser ya ha
recibido una petición para autorizar la toma de muestras.
La intención de esta investigación es simplemente esclarecer
la procedencia de estos nuevos restos y en ningún caso indagar más allá para no
reabrir heridas en las familias. Tampoco buscan dar coba a teorías infundadas
que circulan desde hace años.
Así se hallaron los huesos en 2019
Los huesos fueron hallados el pasado día 24 de junio. En un
primer análisis se habló que podrían ser de origen animal, pero el joven que
los encontró envió un correo al profesor Francisco Etxeberria, que le confirmó
tras ver las fotografías que se tratan de restos humanos. El antropólogo contactó
a su vez con el doctor Manuel Polo para hacer una segunda revisión que
dictaminó que eran huesos humanos.
¿Cómo han podido estar ahí 27 años?, esa es la pregunta que muchos se hacen. La explicación está, según Martínez, en que hasta ese momento la zona no era muy visitada y las lluvias han ido lavando el terreno dejando que los huesos salgan a la superficie.
"Desde lejos vi una cosa blanca, como la colilla de un cigarro, y al acercarme vi que era un hueso", explicó Vicente, el joven que encontró los restos
Él negó que estuviera escarbando en la tierra de la fosa cuando descubrió los restos: "Para no tocarlo, cojí un palo, le di la vuelta y ví que, efectivamente, era un hueso; aparté un poco más la arena y me salieron tres trozos de falange más".
Algo parecido ocurrió en 2017, cuando se encontró en la zona
un diente que fue analizado. En aquella ocasión, el mal estado de la pieza
dental no permitió que se pudiera extraer información genética del análisis.