La fuerza de las olas de hasta seis metros arrasó los balcones del edificio Mesa del Mar, en Tacoronte, del que arrancó los barrotes de hierro y los cristales de las primeras plantas.

Los 65 vecinos que fueron desalojados ya han vuelto para comprobar los destrozos, entre los que hay muebles o electrodomésticos que están completamente inservibles. "Cuando vi que se caía la ventana salí corriendo sin ponerme la camisa ni los calcetines", cuenta un vecino.

Evalúan los daños del temporal en su edificio construido justo en la costa y del que hace 10 años Greenpeace ya denunció que incumplía la ley de costas.

En Garachico, el fuerte oleaje dejó enormes piedras en un paseo marítimo que se inundó de madrugada dejando comercios y restaurantes reducidos a escombros. Algunos locales están tan irreconocibles que cuesta imaginar el tipo de negocio al que se dedicaban.

Los propietarios están desolados porque lo han "perdido todo" después de que el agua irrumpiera con fuerza en viviendas y llegara a arrancar balcones.

Incluso el campo de fútbol fue arrasado dejando todo el césped levantado. Queda esperar a que el Consejo de Gobierno de Canarias evalúe la cuantía y el tipo de ayudas para los afectados.