La temporada de setas de este año ha arrancado lentamente en el norte de España. Apenas hay níscalos por culpa de la sequía que ha azotado Catalunya. El boletus, un manjar en la restauración del País Vasco, empieza a aparecer en los mercados. Pero todavía es escaso. Mientras, los restaurantes hacen malabarismos. Los buscadores de setas esperan que las últimas lluvias salven la temporada.

Chisco Jiménez, del restaurante 'Culuca' en A Coruña, lamenta que se haya pasado de olas de calor tremendas a unas lluvias torrenciales. Esta escasez está afectando a muchos negocios de restauración, pues tendrían que estar celebrando ya sus jornadas micológicas.

Pero la realidad es que no se están encontrando cantidades suficientes para los que van a las jornadas, lamenta Sergio Musso, chef y propietario del restaurante "Eclectic".

Lo cierto es que no hay suficientes porque, de momento, no se han dado las condiciones para que aparezcan. Necesitan un clima suave y templado, sostiene Francisco Chicón, chef y propietario del restaurante "Eclectic".

Mientras esperan que la situación mejore, los restaurantes sacan todo el jugo a las pocas setas que encuentran. Como es el caso de "Eclectic", en A Coruña, donde incluyen en su menú una caldeirada de boletus con bogavante azul. Pero tampoco faltan setas en el postre.