Este miércoles llegan algunas lluvias en Galicia, Asturias y León y temperaturas diurnas en ascenso en zonas del centro y norte peninsular, más acusado y notable en el Cantábrico oriental y norte de Navarra.

Las precipitaciones podrán ir acompañadas de tormentas ocasionales y extenderse, de forma más débil y dispersa, a otras zonas del Cantábrico y del oeste de la meseta Norte; en el resto de la Península y Baleares, poco nuboso salvo algunas nubes en el litoral mediterráneo peninsular. Una lluvia que no aliviará la acuciante sequía que atraviesa España.

El sábado será un día clave ya que entrará en la Península una borrasca que aumentará la probabilidad de lluvia en otras zonas como Extremadura, Castilla y León, el Alto Ebro y el Cantábrico. Aunque será lluvia poco homogénea.

La reserva hídrica se ha mantenido a la baja en la última semana y se sitúa en el 49,6%, lo que implica que los pantanos españoles guardan menos de la mitad del agua que son capaces de almacenar, algo que no sucedía desde mediados del pasado mes de enero.

En total, los embalses almacenan 27.823 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, 251 hectómetros cúbicos (el 0,4% de su capacidad total) menos que hace siete días, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica.

La reserva de agua también baja respecto a la misma semana de 2022, cuando era del 50,6%; y respecto a la media de los últimos diez años, situada en el 68,4%.

Según los datos facilitados por el Ministerio para la Transición Ecológica, en la última semana, las precipitaciones fueron escasas en la vertiente Mediterránea y muy escasas en la Atlántica; mientras que la máxima precipitación se registró en Murcia con 13,8 mm (13,8 l/m²).

Al frente de las cuencas más afectadas por la sequía siguen Guadalquivir, en la que la reserva baja del 24,8 al 24,5 %; cuencas internas de Cataluña, donde cae del 25,7 al 25,4%; y Guadalete-Barbate, en la que, por contra, sube del 27,9 al 29,1%.

Los embalses más "llenos" son los de Galicia Costa, en los que la reserva sube del 85,2 % al 85,4%; Cantábrico Oriental, donde se mantienen al 82,2 % de su capacidad; y Cantábrico Occidental, en los que el agua embalsada aumenta del 79,2 al 80,4%.