La Comisión Europea sospecha que el robot Roomba, además de limpiar y aspirar, también espía a los usuarios. Esta 'función extra', sospecha Bruselas, sería lo que habría motivado que Amazon haya decidido comprar la compañía que la fabrica, iRobot, por 1.700 millones de dólares, una operación que se está analizando en Estados Unidos por las leyes antimonopolio.

Según Marta Peirano, escritora y periodista experta en tecnología, el gigante del comercio electrónico "compra una base de datos de las casas de todos los usuarios de Roomba". Lo que preocupa en Europa, según Financial Times, es la privacidad, porque el robot recoge datos hasta el punto de que los primeros prototipos llevaban una cámara que hacía fotos.

Gracias a la suciedad que aspira, este aparato puede saber cómo son los habitantes de la casa, lo que ayudaría a Amazon a saber qué productos necesitan, una información que combinada con los datos que obtiene de Alexa convertirían a la empresa en, apunta Peirano, "una máquina indestructible". De momento, la Comisión Europea solo ha preguntado a la multinacional y según lo que respondan, decidirá abrir una investigación formal o no.