A Vicente y su novio les denegaron un alquiler por ser homosexuales. Y esta fue la razón que les dio el propietario: "Nos llamó alegando que vivía gente mayor en el bloque de apartamentos que no lo entenderían", explica Vicente.

Sin embargo, los vecinos no opinan eso. "Tengo 87 años y lo entiendo perfectamente", dice una de las inquilinas del bloque. "¿A mí por qué me va a importar?", añade otro vecino del edificio.

Gestos homófobos como el que ha sufrido Vicente siguen siendo una realidad en España. Pintadas y pegatinas insultantes en pleno centro de Madrid y a muy pocos metros del barrio de Chueca. Discriminaciones, dicen, que demuestran la necesidad de celebrar el orgullo.

"Se tiene que visibilizar la realidad LGTBI porque es una realidad más como otra de la grandísima diversidad que existe en este país", explica Jesús Grande, presidente de COGAM.

A Israel sus vecinos le amenazaron e insultaron a través de cartas por su condición sexual. Le recomendaron ingresar en un centro para recuperarse textualmente "de su mariconismo" por si fuese, decían, contagioso.

A fecha de hoy todavía hay 73 países en el mundo en los que se condena a quien se declare homosexual. En la Unión Europea aún hay países que prohíben a personas del mismo sexo casarse.