Han pasado 11 años y la vida de Alba, desde aquel momento, se centró en la rehabilitación y en poder recuperar al menos el habla. De lunes a viernes vive en un centro especial, y los fines de semana está con su padre biológico: él reconoce que el caso de Naiara le ha recordado aquella pesadilla que aún no ha terminado.

Ahora Alba tiene 16 años. Le ha costado nueve años de rehabilitación volver a recuperar parte del habla pero sigue en silla de ruedas. Disfruta de fines de semana con su padre biológico y, pese a su discapacidad, ya ha conseguido volver a sonreír. "Ella ha aprendido un poco más a poder hablar pero las piernas le siguen fallando", ha asegurado el padre de Alba, Álvaro Caldas.

En 2006, con tan solo cinco años, su padrastro la dejó tetrapléjica y al borde de la muerte. Su madre permitió todas estas brutales agresiones y vejaciones. "Toda España cree que yo he participado", señaló la madre.

Pero en el juicio quedó probado que consintió las palizas que su pareja también negó. Fueron condenados a 20 años de cárcel. Su caso conmocionó a toda la sociedad española. Hoy, su padre cree que ayudó a que se persigan casos como el de su hija o el de Naiara, pero pide más contundencia. "A mí las personas que deben cumplir una condena, la deben cumplir hasta el último día", afirma el padre de Alba.

La madre ya disfruta de permisos, un dato que indigna a la asociación de defensa del menor que estuvo personada en el juicio. "Una persona que es capaz de hacer esa locura a una niña pequeña, a una persona indefensa debe ser un monstruo. Entonces, estos monstruos deben cumplir unas condenas adecuadas a los monstruos", ha afirmado el presidente de la Asociación Prodeni, Juan Pedro Oliver.

De 2014 a 2015 los casos de niños agredidos por su propia familia han aumentado. Ahora, Álvaro solo piensa en disfrutar de los ratos con su hija y olvidar, en la medida de lo posible, toda esta pesadilla.