Los cinco miembros del grupo autodenominado La Manada condenados a nueve años de cárcel por abusos sexuales a una joven en los Sanfermines del 2016 han acudido a firmar en el juzgado de guardia de Sevilla, como deben hacer tres veces por semana desde su puesta en libertad bajo fianza.

Pese a la expectación mediática, a diferencia del lunes los condenados no han empezado a pasar por el juzgado para firmar hasta la tarde, siendo Ángel Boza el primero en acudir, si bien ha coincido dentro del juzgado con José Ángel Prenda y Jesús Cabezuelo, que han llegado poco después.

Media hora más tarde ha acudido Antonio Manuel Guerrero y luego ha comparecido el último, Jesús Escudero. Todos ellos han firmado en el juzgado de guardia y no en la oficina de presentación.

En este caso, la Audiencia Provincial de Navarra decretó un auto en el que acordaba que los miembros de La Manada podían eludir la prisión provisional -su condena está recurrida por lo que aún no es firme- pagando 6.000 euros de fianza cada uno, por lo que tras depositar dicha cuantía salieron en libertad.

La Audiencia les impuso como medidas cautelares la obligación de personarse en los juzgados de su ciudad de residencia -todos ellos viven en Sevilla- los lunes, miércoles y viernes, así como la prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima, que reside en Madrid.