Rocío solicitó reducir
su jornada para cuidar a sus dos hijos, pero no la alargará demasiado porque
sabe que es un freno a su carrera laboral. El año pasado, casi todos los solicitantes de
reducción de jornada en España fueron mujeres, algo que nos coloca en
desventaja con respecto a ellos.
"Cuando la mujer vuelve
12 años después a su horario normal ha perdido todos sus trenes", explica Joana
Amat, presidenta de Fidem. En las grandes y medianas empresas españolas solo hay un
26% de mujeres en puestos directivos.
"Para la empresa contratar a una mujer supone un problema,
no eres activa en la empresa", denuncia Magdalena Suárez, presidenta de Mujer
Siglo XXI. Para los
sindicatos es fundamental fomentar que los hombres también pidan la reducción de
jornada. "Tienen que ser intransferibles y que los hombres vayan accediendo
cada vez más a estos permisos", señala Cristina Andoñanzas, de UGT.
Además, hay otro
problema: al reducir la jornada se reduce también la cotización a la seguridad
social, así que las mujeres serán, según las
asociaciones, las pobres del futuro.