El incendio que se originó en Almorox y se propagó por el suroeste de la Comunidad de Madrid ha calcinado finalmente 3.200 hectáreas, afectando a pastizales y explotaciones agrarias. UPA ha solicitado la declaración de zona catastrófica para la zona para ayudar a los afectados a afrontar las pérdidas económicas.

Vista del incendio que se propaga por las localidades madrileñas de Cadalso de los Vidrios y Cenicientos

Por el prado que se puede ver en el vídeo, ahora calcinado, de Cadalso de los Vidrios, pastaban hasta solo unos días las 500 cabras de Pedro Moreno. Ahora tendrán que pasar el verano recluidas esperando, en el mejor de los casos, la lluvia del otoño.

Aunque la ganadera Rosa Díaz pudo salvar sus vacas, también hace inventario de pérdidas, lamentado que se ha quemado "mucho vallado de la zona del arroyo, los invernaderos y dos camiones".

Los ganaderos reivindican la labor de sus reses en el desbrozamiento de los montes. "En el lugar en el que hay animales el fuego no pasa y hay que preocuparse más de mantener los montes limpios metiendo, como toda la vida, cabras, ovejas y animales que son los que los han mantenido limpios", defiende el ganadero y agricultor Alberto Ayuso.

Incluidas fincas de recreo, plantaciones agrícolas, una granja de caracoles, otra de apicultura y hasta una yeguada de descanso para caballos de carreras que tuvieron que ser evacuados. Se salvó el águila imperial de Peña Cenicientos, pero este además es territorio de venados, jabalíes, conejos y zorros. Los cazadores les llevan agua y comida mientras esperan la lenta recuperación del monte.