En ensalada, sushi o deshidratadas para añadir a sopas y guisos, el consumo de algas se está convirtiendo en algo habitual en España. Tanto que el embajador de la cultura gastronómica por el Gobierno de Japón ha estado en el Banco Español de Algas en Canarias. ¿El motivo? Su interés por estudiar las posibilidades culinarias de nuestras algas.

En los últimos 10 años la producción española de algas aumentó un 388% ,y la mayoría salen de Galicia. "Produimos 350 toneladas e algas frescas y tenemos permiso para recolectar por toda la costa gallega: de sur a norte", explica Alexandra Muiños, jefa de producción de Porto-Muiños.

A pesar de su auge, las algas tienen detractores. La clave está en sus componentes, son ricas en proteínas y vitaminas pero también en minerales como el sodio y el yodo. Tal y como explica la nutricionista Elena Soria, "los hipertensos o hipertiroideos no deberían de consumir este tipo de producto".

Las más saludables son las microalgas como la especie tretraselmis, con un precio, de 4200 euros el kilo. Pero no es necesario dejarnos los ahorros, también podemos consumir otro tipo de algas con moderación y bien cocinadas .

Nunca nos sentarán igual que a los orientales porque no estamos tan acostumbrados a su consumo y no las digerimos igual, pero teniendo en cuenta los riesgos, podemos aprovecharnos de sus múltiples beneficios.