Vanesa lleva 8 años ejerciendo la abogacía y asegura que nunca se había encontrado con un juez así porque "su actitud es humillante y te veja hasta que te sientes mal", explica.

Se refiere al magistrado que se burló de una mujer que había denunciado violencia machista llamándola "bicho" e incluso "hija de puta". Una actitud que no sorprende ni a Vanesa ni a las otras cuatro abogadas que se han quejado de su comportamiento ante el Consejo General del Poder Judicial.

Denuncian que trata de forma humillante a las víctimas de manera habitual. "Es un déspota y tiene una actitud machacante por la que no deja de hacer preguntas hasta que las víctimas acaban hundiéndose", relata Vanesa.

Pero también denuncian el trato vejatorio hacia ellas, ya que otra de las abogadas asegura que ha visto salir llorando a compañeras suyas de la sala y relata su propia experiencia durante un juicio. La abogada Marta Matarredona cuenta que en una sesión empezó a preguntarle que quién le había dicho que hablara mientras "daba manotazos en la mesa totalmente fuera de sí".

Además, advierte que el trato machista del magistrado es violencia institucional contra las denunciantes porque es "hostil" y "la manera de preguntar a las víctimas es humillante". Piden que ante su falta de sensibilidad, sea apartado y no pueda ejercer como juez especializado en violencia de género.