Este verano se han convertido en una moda las reuniones de barcos para hacer botellón en las calas del Cap Roig, en la Costa Brava. Es lo que se conoce como 'abarlofarras' y consiste en quedar en zonas de interés natural, idílicas, con música y alcohol involucrados. El problema es que se trata de espacios protegidos, por lo que los ayuntamientos de la zona estudian medidas para frenar estas fiestas.

Las quedadas se convocan a través de las redes sociales y decenas de barcos, lanchas y botes se atan formando una especie de barrera. Este verano ya se han detectado tres de estas fiestas en la zona del Cap Roig, una de ellas con DJ incluido.

"Esta cala, que está dentro de todo lo que es el espacio del Cap Roig, es una cala emblemática, virgen. Es un tesoro. Esto supone que el fondo marino pueda quedar perjudicado", ha explicado Marga Riera, presidenta de la plataforma 'Salvem el Golfet'.

Los ayuntamientos afectados ya se han reunido con los ecologistas para ver qué medidas tomar. Esta moda parece venir de las famosas 'yatchweeks', que se celebran en Croacia, Grecia o Turquía. Se trata de una semana de fiesta sin descanso a bordo de yates de lujo, la diferencia es que estas sí están organizadas y cuentan con los permisos necesarios.