Antonio y su mujer, de Barcelona, buscan una vivienda protegida para su hijo, que vive de alquiler. "Hemos visto esta promoción, somos vecinos de la barriada nueva que están haciendo y nos hemos interesado en el precio", explican.

En Barcelona, los pisos protegidos resultan más económicos que en el mercado libre, pero la crisis ha provocado una particularidad: los precios de la vivienda libre en diez provincias españolas resultan incluso más baratos.

Susana Rodríguez, socia directora de la Consultoría Aguirre Newman, explica que "es más atractivo comprar una vivienda libre que una protegida, dado que no cuentas con las limitaciones que pone la Comunidad Autónoma".

La vivienda protegida se creó para que las familias de escasos recursos pudieran comprarse una casa, pero tienen restricciones para evitar la especulación. Así, la construcción debe ocuparse como vivienda habitual y, durante los diez primeros años, no se puede vender salvo que diga lo contrario la Comunidad Autónoma.

Sin embargo, las VPO también tienen sus ventajas. "Pagan menos en las transmisiones patrimoniales o en el IVA en la inscripción en el registro de la propiedad y pagan menos en el IBI de todos los años", asegura Juan Manuel Martínez, presidente de la Patronal Inmobiliaria de la Comunidad de Madrid.

Mientras con la crisis el precio de la vivienda libre cayó un 40% de media, la protegida se ha mantenido, lo que desincentiva a los compradores y deja al aire libre su viabilidad en el futuro.