Es la una de la madrugada. Con la luna y los frontales como únicos aliados, los viñadores se enfrentan a ocho horas de vendimia nocturna. Esta recolección noctámbula y manual es sufrida. "Hay poca luz, tenemos focos pero no es como de día que se trabaja más fácil que de noche", afirma Moulay Rachid, jefe de vendimiadores.

Pero también aporta una calidad superior a estas uvas garnachas. "El tema de la vendimia nocturna principalmente es por mantener la frescura de la uva y evitar oxidaciones antes de que llegue a bodega y también se mantienen los perfiles aromáticos de la uva", explica Pelipe Barcos, encargado de los viñedos de 'Bodegas Príncipe de Viana'.

El objetivo primario de la vendimia nocturna y manual es la excelencia. Lo que se espera es que de la uva se extraiga un vino Chardonnay de una calidad altamente superior.

El mimo del fruto prosigue con su traslado en pequeños tractores para no dañar las uvas, y también en la bodega con una exclusiva limpia manual. Pablo Pávez, enólogo de 'Bodegas Príncipe de Viana' cuenta que la limpia manual "permite quitar cualquier parte verde que pueda pasar al vino posteriormente". Dentro de un año estas uvas se convertirán en 18.000 exclusivas botellas de un blanco navarro de una calidad excelente.