El Centro de Coordinación Regional de Canarias, organismo del Estado que supervisa la respuesta ante la inmigración en las islas, abortó este domingo un rescate de un cayuco cuando la embarcación de Salvamento Marítimo tenía ya a su costado a los inmigrantes para que se ocupara de ellos una patrullera de la Guardia Civil, lo que provocó la protesta de la Salvamar.

Eran las 19.10 horas cuando la Salvamar Menkalinan, a 10 millas de la costa de Gran Canaria, ya tenía amarrado un cayuco con 41 inmigrantes a bordo a la espera de instrucciones. Mientras, desde el centro de control de las Palmas le dicen que el rescate lo efectuará la Guardia Civil, ante lo que el patrón responde sorprendido: "Los tengo amarrados en la banda ahora, tía, ¿qué hago, los suelto?".

Es entonces cuando el patrón de Salvamar llama a la patrullera de la Guardia Civil para preguntar quién los va a recoger. Pero desde la Guardia Civil no solucionan el desconcierto asegurando que no tienen conocimiento de que los tengan que recoger.

Ante el desconcierto, Salvamar pide a su control una respuesta urgente. "Yo estoy en maniobras con el cayuco en la banda, ¡dime qué hago ya!", afirma el patrón mientras pide a su compañero quitar los cabos visiblemente enfadado: "Esto no se puede hacer, ¿eh?. Aquí hay que tomar decisiones antes de llegar la embarcación de rescate".

En esos momentos, los migrantes siguen esperando en alta mar en unos angustiosos minutos para ellos y pese a que desde el control se justifican asegurando que la decisión la acaban de tomar desde el Centro de Coordinación Regional de Canarias, el patrón recuerda: "Yo estoy jugando con vidas".

La decisión se demoró por la elección del puerto de destino hasta que, finalmente, control de Las Palmas decide que sea la patrullera de la Guardia Civil quien haga el rescate en base a la elección del puerto de desembarco.

Desde Salvamento marítimo aclaran que este episodio en ningún momento puso en peligro la integridad de las personas rescatadas, si bien lamentan las expresiones desafortunadas que se utilizaron y que consideran evitables y fruto de la tensión propia de la emergencia de un rescate en alta mar.

Por su parte, el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, ha calificado de "caso excepcional" la situación de "pequeña descoordinación" vivida en la noche del domingo. Si bien, admitió que la orden de quién hacía el rescate pudo haberse dado "antes", aún así destacó que se realizó "con seguridad" y "con normalidad", matizando que se optó por llevar a las personas rescatadas a Tenerife en la embarcación 'Río Segura' porque tiene capacidad para llevar a unas 60 personas bajo cubierta, además de porque el "mar estaba bueno, sino no se hubiera tomado esa decisión".