Al padre de Julen se le puede ver siempre pegado a la zona cercana al pozo, de donde no quiere marcharse. Sin embargo, este viernes tuvo que hacerlo por motivos de seguridad.
Una vecina ha sido quién les ha acogido en su casa para que no les falte de nada. Los padres se dejan arropar por los vecinos de Totalán, que no paran quietos planeando algo para hacerles más fácil el trago.
Un ejemplo de solidaridad es una asociación de mujeres de Totalán, que están preparando un caldo que durante la noche caliente las manos a los rescatadores. "Queremos ayudar de alguna manera, y como no podemos hacer lo de otra manera, pues preparamos un caldo", explica una de las mujeres.
Otros voluntarios reparten café y otras familias llevan con su casa abierta días para operarios y técnicos y que puedan tener "todo lo que necesiten". En el barrio de los padres de Julen también se han movilizado, recogiendo de todo para llevarlo después a la zona cero.
Hicieron el llamamiento y la respuesta ha sido conmovedora. Saben que su esfuerzo es más que nada simbólico, pero se conforman con que los padres de Julen se sientan menos solos.