Cuando tenía cinco años Karla Jacinto comenzó a sufrir abusos sexuales por parte de un familiar. Ese fue el principio de un calvario que ahora, tiempo después, esta joven mexicana ha relatado para CNN.
Mientras esperaba a varios amigos, un hombre se le acercó, comenzó a hablar con ella y para ganarse su confianza le dijo que él venía de una familia con problemas y que también había sido maltratado. Él tenía 22 años y ella 12. Tras este encuentro, comenzaron a quedar y al poco se fueron a vivir juntos.
Según relata la joven, al principio él le hacía multitud de regalos pero pronto ella descubrió que, en realidad era un proxenta. "Me dijo lo que debía hacer, las posiciones, cúanto debía cobrar, cómo tratar al cliente y hacer para que me dieran más dinero", recuerda en declaraciones para CNN.
Karla Jacinto cuenta cómo se sintió cuando fue obligada a prostituirse: "Algunos hombres se reían de mí, tenía que cerrar los ojos para no ver lo que me estaban haciendo". A todo esto, se sumaron las brutales palizas de su proxeneta: le llegaron a golpear con una cadena y a quemarle con un hierro.
Con 15 años, la joven dio a luz a una niña que el proxeneta utilizaba para amenazarla: si no hacía todo lo que le ordenaba, haría daño a la bebé.
Finalmente, una operación contra la trata permitió ser libre a Karla Jacinto, que ahora lucha para evitar que casos como el suyo vuelvan a repetirse.