Alberto y Félix comienzan su caminata con la esperanza de llenar sus cestas de setas, pero la sequía y las altas temperaturas registradas este otoño no se lo permiten. Donde antes había kilos y kilos, ahora no hay nada.

"Lo ideal sería que llueva unos cuantos días seguidos y que la temperatura no pase de 15º o 16º, porque más grados ya da más calor y consigue que el bicho entre en la seta, que el agua que tiene la seta se consuma y entonces al final la seta no sabe" explica Félix Martín, vicepresidente de la Asociación Micológica Gibelurdín Etxebarri.

Entre las especies más demandadas, el boletus, un hongo que este añoserá casi imposible de encontrar. Esta campaña de recogida de setas es una de las peores que se recuerdan, brotan pocas y de mala calidad. un problema que también se nota en los precios del mercado.

"Es un hongo seco, tú coges un hongo de tienda y ves que no pesa. El hongo tiene que pesar, tiene que tener ese agua, esa humedad, el hongo que tiene el olor y todo. El hongo de ahora no tiene nada de todo eso. Entonces, calidad cero y precio alto, claro, porque hay poco" explica Alberto González, presidente de la Asociación Micológica Gibelurdín Etxebarri.

Para algunos una forma de ocio, para otros un placer para el paladar y para todos ellos, un bien preciado que esta temporada se hará mucho de rogar.