La moda de los 'selfies' se ha cobrado ya más de 250 muertes en todo el mundo. Varias personas han perdido la vida en los últimos años buscando el mejor ángulo para una fotografía desde lugares peligrosos, como un rascacielos o junto a las vías de un tren.
Es el caso de un joven chino, conocido en su país por las fotos que se sacaba desde las alturas, que murió al caer desde un piso 62. Por su parte, un turista canadiense fue arrollado en Perú cuando trataba de hacerse una foto con un tren en marcha, aunque increíblemente resultó ileso.
Diversos 'influencers' también han sido víctimas de esta peligrosa tendencia: la instagramer taiwanesa Gigi Wu, famosa por sus fotos en bikini en sitios gélidos, murió congelada. Además, la India es el país donde más muertes se producen por las llamadas 'autofotos'.
Sin embargo, España no queda exenta de esta arriesgada moda. Las últimas víctimas son dos amigos británicos que se despeñaron diez metros desde una barandilla en el paseo Martímo de Orihuela (Alicante), adonde se habían encaramado para hacerse una foto. "Oímos un golpe, nos asomamos y estaban ahí, con las manos en la cabeza", relata un testigo.
En los encierros de San Fermín, por ejemplo, están prohibidas las grabaciones y las fotos. Incumplir esta norma supone la expulsión del recorrido y multas de hasta 6.000 euros.
"Le habían lavado el cerebro"
De California a Manresa para rescatar a su hermana de una secta: "El cura me agarró y me tiró al suelo"
El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.