Desear la muerte a un niño enfermo de cáncer es, sin duda, una atrocidad, pero además podría ser un delito, concretamente uno de odio. Adrián es un pequeño de ocho años que aspira a ser torero y que lucha contra el cáncer.

La plaza de toros de Valencia se volcó y fue el escenario de una corrida homenaje al pequeño, para recaudar fondos y financiar su tratamiento. Pero mientras eso sucedía en internet varias personas, autodenominadas antitaurinas, deseaban la muerte al niño: "Que se muera, que se muera ya".

Bajo el amparo de las redes sociales, deseaban que Adrián perdiese su lucha y ahora se investiga si esas palabras son constitutivas de delito. Así lo ha anunciado el Secretario de Estado de Seguridad. Aunque alguno de los perfiles ya ha sido borrado de la red, la fundación Toro de Lidia y los padres del niño van a emprender acciones legales. "Se ha iniciado de oficio por parte de la Policía Nacional una investigación para ver exactamente los hechos que se han producido", explica Juan Carlos Morales, delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana.

No es la primera vez que desde las redes sociales llegan salvajadas hacia el mundo del toro. Tras la muerte del torero Víctor Barrio fueron muchos los que celebraron su fallecimiento vía twitter y seis de ellos recibieron las denuncias pertinentes.

Por suerte Adrián no tiene redes sociales y vive al margen de esos comentarios. Sólo concentrado en su lucha y en su sueño: salir por la puerta grande en ambos casos.