La mujer del dueño de la finca de Totalán en la que falleció el pequeño Julen tras caer por un pozo construido de manera ilegal afirmó en el juicio que intenta esclarecer los hechos que ella solo vio "un agujero negro" que "no" estaba tapado cuando llegó al lugar de la tragedia.

Si bien Adriana aseguró que no se fijó en cómo estaba el agujero de la finca, en la que ha matizado que estuvo "varias veces, unas tres ocasiones o así", cuando Julen cayó por él, sí afirmó que el pozo estaba tapado.

En este sentido, señaló a preguntas de la justicia que el obstáculo puesto para tapar el agujero del pozo pudo haberse movido a causa del menor. "Yo pienso que hasta tapado pudo caer. Porque pienso que se subió encima y se movió el ladrillo".