El toro la empitonó, la arrastró por el suelo y la zarandeó una y otra vez. Se ensañó con ella hasta que apareció Antonio, el director de Lidia, que acudió a su rescate con capote en mano. Distrajo al toro mientras los demás ponían a salvo a la menor. Pero el astado fue más rápido: lo alcanzó y lo lanzó por los aires.
Una violenta caída con tres vertebras rotas, la tibia y el peroné. "Bajó la vaca. La gente no se esperaba que bajara, y se fue directamente a una chiquilla que estaba allí", ha relatado una testigo. Nadie se explica qué hacía la menor en este encierro. Según el alcalde le advirtieron que no podía estar allí, porque la ley sólo permite el acceso a estos eventos a los mayores de 16 años. Una medida difícil de controlar.
Julian Martínez, teniente Alcalde de Hellín, ha declarado que "cuando hay una concurrencia de personas tan grande no puedes identificar a todo el mundo. Es muy fácil entrar y salir en cada uno de los puntos que en cada uno de los 500 metros de recorrido se pueden producir".
Según algunos medios, recibió dos cornadas en los muslos. Ahora se recupera en el hospital de Albacete de esta imprudencia que ha puesto en peligro la vida de dos personas.