Las calles de Chueca se engalanan y comienza la explosión de color y música en Madrid, que recibe a personas de todas partes del mundo con ritmos de fiesta.
Y aunque sean momentos de diversión y alegría, los asistentes recuerdan que "no hay que perder el sentido del orgullo, que no es orgullo gay sino LGTBI".
Todos tienen claro el objetivo por el que han venido, que no es otro que el de la visibilidad. "Pegar a un homosexual son 70 euros y mear en la calle 300, creo que hay que cambiar las cosas", se lamenta una mujer.
Manifestar la necesidad de visibilidad de todo el colectivo LGTBI y en especial este año de las personas transexuales es el principal objetivo. "Ojalá haya un día en el que no haga falta celebrarlo, pero hoy en día sigue haciendo falta", explican.
Por ello comienza la manifestación más marchosa y colorida por la libertad y la diversidad de las personas del colectivo LGTBI.