Lorenzo tiene dos meses de vida y lleva un día en coma. Este lunes los médicos decidirán si le operan o lo desconectan de su medio vital. "El niño está muy grave por las lesiones que tiene, no saben si se va a recuperar o no", asegura Lucia Méndez, la madre del pequeño.

Ella nos cuenta el horror por el que ha pasado su bebé: "El niño empezó a sentirse mal el 23 de diciembre, el día 8 le llevamos al pediatra. Después de llevarlo a cuatro hospitales diferentes y todos diagnostican cólico de lactantes".

El 28 de diciembre, el hospital de Calella alertó a los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Pineda de Mar del riesgo de exclusión social que vivía la familia. Concertaron una entrevista para el 16 de enero. Pero nadie activó el botón antimaltrato hasta que, hace diez días, llegaron al Vall d'Hebrón.

Allí le hicieron un tac y una resonancia magnética. Encontraron daños cerebrales y fracturas en las costillas. Fue entonces cuando diagnosticaron un posible caso de maltrato infantil. El padre, el agresor, lo confesó.

Lucía, asegura que no lo vio venir: "Era un padre que daba biberones, que cambiaba pañales… nunca hubo maltrato físico hacia mi persona y que yo haya visto hacia le bebe tampoco".

Él dice que lo hizo empujado por el estrés que le provocaban los llantos del bebé. Ahora, en libertad con cargos se le ha impuesto una orden de alejamiento del menor y el Ayuntamiento de Pineda va a personarse contra él como acusación particular.

"En caso de que mi hijo sobreviva y me den la custodia yo no quiero que él esté". La custodia del bebé está todavía en manos de la Generalitat de Cataluña. También el Síndic de Greuges ha abierto una investigación para ver qué falló en la detección de la agresión al menor.

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