Lisbette tenía 45 años y regentaba una floristería. Si se confirma que fue víctima de violencia machista sería la número 999 de los últimos años.

La fatídica lista se realiza desde 2003. El primer caso, el de Janette, asesinada en la noche de Reyes por su novio. Dejó atrás a una niña de cinco años que, tiempo después, también sería víctima de malos tratos.

Los datos del instituto de la mujer muestran la evolución en el número de víctimas los últimos 15 años. El año pasado todavía fueron asesinadas 49 mujeres. El peor año fue el 2008 con 76.

Detrás de la estadística, historias como las de Mariángeles, de Úbeda, Leydy de Santa Perpetua o María Pilar de Jerez. Todas ellas, esposas, hermanas, hijas... mujeres anónimas, cuyas parejas o exparejas terminaron siendo sus verdugos.

Hay más pero no todas se contabilizan igual. Casos como el de Diana Quer o Laura Luelmo pasan a una estadística más amplia, la que desde el 2014 contabiliza la violencia contra las mujeres solo por serlo.

También desde el 2013, se considera víctimas de violencia machista también a los menores asesinados. Son ya 28. La conciencia social ha aumentado en nuestro país en los últimos años, pero muchas siguen sin denunciar.

Una lacra además cuesta más de 23.000 millones de euros al año según estudio del Gobierno. Se cuantifica también datos intangibles como la pérdida de trabajo los cambios de domicilio o el dolor que provoca la violencia machista.