El rechazo al machismo institucionalizado en Irán de Azam Jangravi la llevó a quitarse el velo, desafiando a la ley, en una concurrida calle de Teherán. Sin embargo, su acción apenas duró unos segundos.

Fue desalojada violentamente, detenida y despedida de su trabajo. "Me sentía fuerte. Tenía la sensación de que nunca más mi género sería secundario", explica ante las cámaras esta feminista.

Azam se convirtió en un símbolo contra la opresión de las leyes islámicas e inspiró a decenas de mujeres iraníes que protestaron como ella. 39 fueron detenidas en 2018 por quitarse el velo.

Confiesa que sabía que iba a ser arrestada, pero siguió adelante por un futuro mejor para su hija Viana, de 8 años: "Me decía a mí misma que Viana no debería crecer en las mismas condiciones en las que crecí yo"

Azam fue condenada a tres años de cárcel, pero consiguió escapar de Irán y ahora, exiliada en un país que no quiere revelar, no se rinde en su lucha por los derechos de las mujeres.