Lo que hoy es un parque natural podría convertirse en una planta de extracción de áridos. Un proyecto al que los vecinos del Valle de Tobalina se oponen radicalmente.
"Nos afectaría con el ruido, el tránsito de camiones y también a los animales de la zona y la agricultura", explica Nerea López, portavoz de la 'Plataforma contra la mina'.
La mina se situaría a menos de tres kilómetros de la, ya cerrada, central nuclear de Garoña, que aún almacena residuos radiactivos.
Y ni siquiera serviría para generar empleo. "Desde el Ayuntamiento mostramos nuestro rechazo", apunta la alcaldesa Raquel González.
"Son tierras cultivables. Nos van a quitar comida para poner piedras", señala Ángel García, agricultor. Denuncian que muchos de los agricultores de la zona perderían sus tierras.