A los 60 años, a Teresa Muñoz le diagnosticaron esclerosis múltiple primaria progresiva. Desde entonces, su marido, Rafael Castro, la ha acompañado en todo momento, desde que se levanta hasta que se acuesta: hace la cama y la vista, entre otras tareas diarias. Porque, sin pensárselo dos veces, se prejubiló para poder estar cerca de Teresa.
"Hemos tenido que adecuar la casa a las circunstancias de ella", ha apuntado Rafael. Ha sido todo un mundo de cambios que se ha complicado aun más en febrero de 2020. Un día antes de la cita para recibir una nueva dosis de su tratamiento, sonó el teléfono en casa del matrimonio. "Nos llamaron y nos dijeron que no se le iba a poner más el tratamiento porque no estaba subvencionado", ha contado Alejandro, yerno de Teresa.
Así, han denunciado que no les han dado ninguna otra alternativa, ni siquiera respuesta: solo una promesa de una llamada que tendría lugar en meses. Por ello, decidieron ir a la Junta de Andalucía. Allí se agarraron a que, por orden del Ministerio, su tratamiento no se podía financiar en mayores de 55 años. Alejandro ha explicado a laSexta el desacuerdo de la familia por este pretexto.
"Esa orden se dio en enero de 2019, y mi suegra tuvo tratamiento tanto en marzo como en agosto de ese año. No entendemos por qué en esa época se podía dar y después no", se ha preguntado. Sin financiación, el tratamiento cuesta 20.000 euros. "Para una familia de clase media es imposible pagar un tratamiento así", ha añadido el yerno de Teresa, que se ha convertido en una paciente a la deriva.
"Estoy un poco bajilla últimamente al ver que esto no va a adelante", ha contado la propia Teresa a laSexta. Lo que por desgracia sí lo hace es la enfermedad: "Estamos viendo cómo se va deteriorando poquito a poco", ha explicado su hija. Teresa ha reconocido que tiene "menos sensibilidad en menos y piernas".
Por eso, han vuelto a pedir a la Junta de Andalucía que les acompañen al Ministerio para pedir que el tratamiento que funcionaba con Teresa vuelva a estar subvencionado. Porque ya se ha perdido un año frente a otro de lucha; un tiempo que, según han lamentado, no se puede recuperar.