Marisol Ortiz está en huelga de hambre. Semanas atrás asesinaron a su hija, y ahora le toca luchar para recuperar a sus nietos. Los dos pequeños, de ocho y tres años, están desde entonces en un centro de acogida. El objetivo de Marisol es que se los devuelvan.
"No podemos arroparlos al 100% porque los tienen en el centro", lamenta, al tiempo que insiste en que puede asumir perfectamente su cuidado y su crianza. El problema es que no tiene vivienda en Madrid porque hasta ahora vivía en marruercos, aunque está dispuesta a trasladarse a España para hacerse cargo de los dos menores.
"Intentar llevar una vida normal ahora que no tienen a su madre. Esto les va a traumatizar", asevera Marisol. Las asociciones vuelven a señalar que hay que revisar los protocolos y proteger más a víctimas y familiares.
"En este caso, el Ayuntamiento tendría que haber asumido el tener una vivienda de tránsito, tanto para los niños como para la abuela, para ir normalizando la vida, no destrozándosela", explica una de las coordinadoras de la Asociación 'Ve-la-luz'.
A ello ha respondido la delegada de Políticas de Género del Ayuntamiento de Madrid, Celia Mayer. "Estamos estudiando el caso. Ha pasado recientemente y requiere una serie de protocolos internos. Pero en general, todas las administraciones tenemos el deber de apoyar a las familias".
Desde la Comunidad de Madrid aseguran que están a la espera del informe de los servicios sociales municipales para conocer la situación económica y psicológica del entorno familiar.
Precisamente se ha aprobado recientemente en el Congreso el incremento en cuatro millones de euros del presupuesto contra la violencia machista, en el que se incluyen beneficios fiscales para los huérfanos de las víctimas.